Presidente Néstor Kirchner y el Teniente General Roberto Bendini (24 de marzo de 2004). Colegio Militar de la Nación, El Palomar, Provincia de Buenos Aires
El líder de la comunidad Qom La Privamera, Félix Díaz, junto a un compañero. (La Garganta Poderosa Nro. 2, octubre 2012). Provincia de Formosa.
- Lo que pareciera en principio una imitación irónica – Qom bajando los cuadros de Colón y Roca -, es más bien una interpelación a la acción presidencial de ordenar bajar los cuadros de Videla y Bignone que aún permanecían enmarcados en el Colegio Militar de la Nación. Aún más: no se trata sólo de una interpelación sino del reconocimiento de una potencia política propia que propone otra mirada sobre la historia, que es en buena parte la construcción del devenir histórico de un país según la perspectiva estatal. No se trata de comparar a Roca con Colón, sino de señalar que los lazos de la colonia persisten en la colonialidad como discurso del poder presente. Un discurso biopolítico que niega formas de vida, en cuyo núcleo existe siempre el deseo exterminador.
- Roca funciona como línea de conexión con Videla/Bignone: el Ejército como corporación que funda el Estado en base al crimen, y lo mantiene activo en base a los mecanismos represivos que alcanzan grados extremos cuando es necesario el disciplinamiento radical – 100 años median entre la Campaña del Desierto y el Proceso de Reorganización Nacional -. La represión en el NEA continúan acciones relativamente recientes: hasta la década de 1930 el Ejército actuó en la zona como lo había hecho en la Patagonia 60 años atrás. La Primavera hiere en donde duele, revelando la característica constituyente del poder estatal argentino: alianzas con élites provinciales/intereses económicos concretos. La tierra, sea por la soja u otra cosa, sigue siendo abonada con sangre como rito sacrificial al Dios Mercado.
Agradezco a Eduardo Molinari por la fotografía de La Garganta Poderosa.