El violento oficio de contar

Azul Blaseotto, Frau K.! en los Juicios (junio de 2012). Espejos.
 El camino incierto al País de las Maravillas, Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti, Buenos Aires.
  • Junto a Martín Vitaliti, hemos venido desgranando una frase de Masotta que nos sigue resultando intrigante: “La historieta no nos habla de “tipos”, ni de “especies” de hombres: sino siempre de un cierto individuo […] que vive en un momento preciso de la historia, que lleva una vida particular, con sus rasgos de carácter, y situado, en la mayor parte de los casos, en el interior de un determinado grupo social. En la historieta todo significa, o bien, todo es social y moral.” (La historieta en el mundo moderno, p. 9). La cosa había partido de algo sobre la representación en la historieta, y yo me acordé de esa cita. Masotta no llegó a conocer la historieta testimonial – exceptuando el comix -¿Qué sucede en ese devenir autoral con la representación? Spiegelman, Eisner, Sacco, Satrapi; todas respuestas posibles.
  • No se trata de representación sino del desafío mimético de un lenguaje que tiende a mostrarse como tal – una constante evidencia de sí mismo -. Pienso en la obra de Azul Blaseotto: ¿cómo dar testimonio, desde la historieta, de un nodo condensando las ondas del tiempo histórico de un país? Está la genealogía con la novela gráfica: trasladar la lógica del lenguaje a su objeto, un país en este caso. La historia de un país es el país, y en la ruptura de una forma de raccontar esa historia – el relato de la historia es la historia – surge la posibilidad de instalar anomalías. Como una burbuja en el concreto, su insignificancia termina cuando agrieta su prisión.
  • Está la forma de relatar de su autora: el juego especular, la historieta/historia que nos devuelve la mirada. Las mejores obras no sólo cumplen con la construcción de un relato, sobre todo favorecen la posibilidad de mostrar qué implica contar como acto vital, poético, político.
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2 pensamientos en “El violento oficio de contar

  1. FedericoR dice:

    Hay una frase que hace juego, es de Barthes, creo que en Análisis estructural… ¡nopuedo ser tan haragán! Esperá que me fijo…
    Si, en «introducción al análisis estructural de los relatos»:»en el orden del discurso, todo lo que está anotado es, por definición, notable: aun cuando un detalle parezca irreductiblemente insignificante, rebelde a toda función, no dejará de tener al menos, en última instancia, el sentido mismo del absurdo o de lo inútil.»
    La historieta es como si no pudiera definir si un objeto dibujado es notable o no. Si significa o no. Me perdí de lo que quería decir. Supongo que tiene que ver con que el trazo no puede ser nunca neutro, nunca puede ser pura notación, pero a la vez hay algo necesario (si tengo que mostrar un tipo en moto, tengo que dibujar la moto, y la tengo que dibujar de alguna manera). Sigo perdido…

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    • Pablo Turnes dice:

      Hola Federico, muy interesante lo que decís – a pesar de tu confusión, pero eso se lo podemos cargar a cuenta de los franceses que han arruinado la academia obligándonos a pensar -. José Muñoz decía que a él le encantaba algo que hacía Landrú, que era poner algún tipo allá al fondo de la página, al margen de la acción principal. Y a Muñoz le parecío que eso era fascinante, ¿quién era, a dónde iba, etc? Sin duda, el trazo nunca es neutro, como nunca lo es la mirada o la lectura. Y somos varios los que andamos pedidos por la vida y los libros…

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