100 Años de Historieta Argentina: Carlos Nine

  • Carlos Nine puede contarse como parte de la generación del ´40 de historietistas argentinos – junto a Muñoz, Sampayo, Mandrafina, Trillo, Barreiro – aunque con la diferencia que su entrada al medio fue tardía. Es sin duda un artista. Y es que podemos discutir si la historieta es arte o no, pero es más difícil no considerar al oficio del dibujante como un ejercicio artístico. Nine volcó sus conocimientos plásticos en esos relatos poéticos, algo melancólicos, irónicos, entre los que se destacan Keko el Mago y El Patito Saubón; se creó a sí mismo un mundo particular inmediatamente reconocible, escrito en esos cuerpos que se estiran y se mueven como volutas de humo, siempre algo fantasmagóricos, nunca del todo reales, como contados desde adentro de un sueño.
  • Tomemos Fantagas como buen ejemplo del paradigma de Nine: una especie de belle-epoque distorsionada, un melodrama policial surrealista donde la trama se mueve tanto como los cuerpos, en especial el de Siboney, la gata ladrona. Es un dibujo dentro del dibujo: sigue sus propias reglas, como de alguna manera nos ha hecho entender su autor a través de su obra, llevando, trayendo, robándole a la alta cultura para darle algo a la baja. Algunos no se lo perdonarán, pero qué importa. Como bien demuestra Siboney, hasta de ese mundo burocrático y policial se puede escapar ¿por qué no fugarnos del nuestro? Nine no enseña, bellamente, los caminos para hacerlo.
  • Puede decirse que escribe como dibuja: firuletes barrocos van construyendo las viñetas. Es una obra hecha por los cuerpos, por la fuerza de mercurio líquido con que éstos impulsan la acción y unen página con página. No pretende poetizar nada; es en sí misma una poesía plástica. Nadie dijo que sólo se puedan escribir en palabras, las cuales, después de todo, son también un dibujo.

Publicado en «100 Años de Historieta Argentina», en Comiqueando Online.

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